Pequeña historia de amor sobre las tablas
Pablo González / 2007
No se gustaban, pero los dos eran bípedos y con cierta inclinación por las canciones de época. Les sobraban los motivos para enamorarse locamente.
Nunca se besaron pero es que sus bocas no se entendían, discutían mucho y casi siempre para decirse "te quiero", pero al revés.
No se llamaban, ni quedaban para ir al cine, ni se hacían regalos por San Valentín ni fechas de ocasión. Eran dos amantes en la distancia.
Pese a todo se veían a diario, sobre las tablas, y eran en esos escasos momentos en que fingían ser otros, ellos mismos, cuando se lo decían todo a la cara. Y se quedarían de una forma tan verdadera, que nadie dudaba que lo suyo era una historia de amor con mayúsculas. Imposible. Pero con mayúsculas.
Cuando se bajaba el telón a él le caía una guillotina en el centro del corazón y a ella se le llenaban los ojos de ceniza, tan amarga como él.
A veces soñaban en el mundo real, como dos personas más. Se miraban de una caja a otra y se leían el pensamiento, tan simétrico, que a él le daba por taparse la frente y ella, bueno, a ella le caían mechones de pelo por toda la cara, su hermosa cara.
Tenían remotas posibilidades de ser felices, así que un buen él se puso una nariz de payaso y le dijo que la odiaba, que la odiaba ciegamente y ella se marchó volando, volando como vuelan los patos silvestres.
ángel pastor - angelpastor@wp.pl
creo que nos conocemosel texto es un acto puntual ingenuo de rabia y desencanto por mi parte
Debout ! Les damnés de la terre !
Debout ! Les forçats de la faim !
La raison tonne en son cratère :
C'est l'éruption de la fin.
Du passé faisons table rase,
Foule esclave, debout ! Debout !
Le monde va changer de base :
Nous ne sommes rien, soyons tout !
L'Internationale - Eugène Pottier-1871
?????)
????[1]???????
???????????
??????????
????????
??????????
????????
????????:????? ????? ???????????
?????? ?????? ?????????
???????? ??????? ?? ????????
????? ????????? ????????????????
??????? ????? ?????? ?? ???
??????? ??????? ?????????????
?????????? ????? ???? ??
?????????? ??????? ?????????????????? ????? ??-??? ?????:
???? ??????????? ??? ???????
??? ???????? ??????? ?????
??? ???????? ?????? ???????
???????? ?????? ??????? ???????.
?????? ????? ????? ????????? ??????????
?????? ??????? ???????? ??????
??? ?????????? ??? ?????????
??? ?????? ????????,
????? ? ??????.
??? ??????? ????? ???????? ???????????? ??????
??? ????????????????????? ??????, ??????? ?????
Dos es demasiado
david trueba
Nunca había entendido por qué los chalets adosados me provocaban tristeza. ¿A ustedes les pasa? Semanas atrás acompañé a un amigo a visitar una de esas cosas que los urbanicidas modernos llaman “nuevos barios”. Estaba en el extrarradio de una gran ciudad y gracias a un desarrollo rápido y eficaz ahora es un conjunto de calles y chalets rabiosamente nuevos. La mayoría de ellos, como están construidos con materiales baratos y cero amor, pronto mostrarán la decadencia torpe de lo mal hecho: azulejos que se caen, humedades, mampostería nada fina, ventanas mal ubicadas, problemas de aislamiento. Pero ésas serán humillaciones con las que tendrán que apechar los futuros inquilinos. Nuestro interés no era más que estético. Démonos un paseo por un nuevo barrio cuando todavía es fantasmal, inhabitado. Nos pareció algo así como una exposición de ataúdes, donde a uno le dan ganas de meterse, hasta tal punto les falta algo sin el muerto dentro.
Cuando nos alejamos para poder mirarlo con perspectiva, le confesé a mi amigo la tristeza que me invadía al ver tantas casas, creo que eran cerca de 600, absolutamente iguales las unas a las otras. Mi amigo me dijo: “Eso es normal. ¿Cómo no te va a entristecer algo idéntico? Es contrario a lo humano”. Entonces mi amigo me explicó lo que yo, ignorante absoluto, nunca había comprendido: “La naturaleza no ofrece dos cosas idénticas. Jamás dos animales o dos árboles son iguales. Nunca una nube es igual a otra. Por supuesto una concha de mar o una colina no tienen gemela. Porque lo idéntico es antinatural. Pregúntale a un gemelo si cree que su hermano es igual a él. La diferencia es la belleza”.
Claro, comprendí por qué los labios de serie o las tetas y narices postizas nunca me parecen bellos. Comprendí la tristeza que me invade al mirar esos grandes bloques de viviendas todas iguales cuando uno siente que cada una de ellas debería responder a unas necesidades o un detalle particular. Entendí que por más que se empeñen nunca podremos ser idénticos los unos a los otros. Por eso la mejor manera de deshumanizar a las personas es convertirlas en grupos, en naciones, en asociaciones, extirparles aquello que les hace únicos. Por eso siempre me he rebelado contra los totalitarismos, contra los uniformes, contra la tuna y la peña, porque nunca he querido renunciar a ser un tipo solo que se junta con otros tipos solos. Por eso el hecho de construir 600 casas idénticas contribuye a la deshumanización, es una especie de despreciativa oferta. Es el botellón urbanístico. La versión risueña y amabilísima de los barracones.
Tiene gracia descubrir tan tarde que las personas nos rebelamos contra la uniformización, la fabricación en serie y la imitación porque es algo que llevamos en nuestra naturaleza. Una rebelión, otra, en la que vamos perdiendo por goleada. ¿Nos obligarán finalmente a amar lo que debemos despreciar?
Yo creo que nos pasa un poco como a los peces en el acuario. Podemos llegar a ser felices en nuestra urnita de un salón acogedor, pero siempre y cuando nunca jamás sepamos de la existencia del mar.
José Gregorio Martín Plata
Eduardo.
Eduardo tiene unos inmensos y profundos ojos negros que estallan en su cara, extrañamente, siempre sonriente. A través de ellos ha observado el mundo que quería, y aunque los demás no lo sabíamos, filtraba un universo peculiar y fragmentado. Cuando se miraba en el espejo sólo veía la mitad de su cuerpo y de su rostro, la otra le quedó olvidada muchos años atrás, con el aceite hirviendo que marcó su torso infantil; desde ese momento, lentamente se fue escindiendo.
En algún instante se quedó en el camino, y llegó el momento en que se vio sin recursos para gestionar su mundo; todo le sobrepasaba porque no podía con los días. Y sin embargo, siempre sonríe. No buscaba en los otros el amor, solo acicates para crecer y entrar en el mundo de los adultos; intentaba vampirizarlos para encontrar las claves con las que sobrevivir.
Tiene obsesión por la simplicidad de las formas, cuanto más sencillo todo, más posibilidad de integrarlo en su mundo pequeño. Sin excesos, entregado a lo mínimo. Lo poco generaba seguridad; la abundancia, descontrol. Un halo de misticismo le acercaba a su autoprotección.
Pero ayer decidió que tenía demasiado todavía. Necesitaba simplificar y reducirse. Así comenzó el retorno hacia su nada. Ayer decidió apagar sus ojos negros. Solo eso. Era el primer paso hacia la simplicidad absoluta.
MI ENFERMEDAD PSIQUIÁTRICA
He pensado mucho sobre mis enfermedades psiquiátricas y he decidido contarles hoy una de ellas, quizás áquella que me parece menos íntima. De todas formas, serán ustedes los que juzguen el alcance de mi enfermedad, porque yo, en mi descargo, debo decir que el miedo es lo más racional que puede existir.
Tengo terror a quedarme encerrado en algún lugar que yo no pueda controlar. Por lo tanto mis espacios más terribles en la vida cotidiana son los ascensores. Cuando llego a algún lugar donde lo racionalmente aconsejable es usar uno de esos aparatos elevadores, automáticamente se pone en marcha un proceso de pensamiento que va evaluando la situación de riesgo. Evidentemente, todo va en función de si mi aproximación al peligro la hago en soledad, o en compañía, y si esa compañía es de confianza o son personas ajenas a mi entorno natural. Considero, en primer lugar, el alcance de la tarea; generalmente para subir a alturas inferiores a cinco pisos, siempre caminando. Para enfrentarme a los otros seres humanos utilizo argumentos como que “es una forma de hacer ejercicio, que trabaje el corazón”. Si voy solo, la opción siempre es: “ascensor, no”. También tomo en cuenta si es un edificio transitado o solitario; en el segundo caso, la opción siempre es no; acompañado de personas de confianza “porque no me da la gana”; junto a gente no tan conocida, utilizo excusas como “ahora subo”, y me hago todos los pisos caminando. Como no siempre puedo evadir el peligro he optado por llevar un ansiolítico en la cartera, y en caso de una eventual parada, siempre tengo algo a lo que recurrir, todo sea por evitar cualquier posible ataque de pánico.
¿Es tan irracional ese miedo? No lo sé, yo creo que no. Hace pocos días leí en el periódico que un trabajador de la isla de Tenerife, se quedó encerrado, cuando trabajaba, en un edificio todavía no habitado en la ciudad de Valencia. Era un viernes, y desde el ascensor no tenía cobertura su móvil para llamar en busca de auxilio. Pero cosas de la tecnología, estando encerrado, entró una llamada de su compañera, desde la isla, y ella pudo avisar a los bomberos valencianos para que acudieran en su ayuda. Si no hubiera sido así, quizás habría pasado todo el fin de semana atrapado en ese cubículo. Por cierto, me irrita encontrar lugares donde el acceso a las escaleras está totalmente ignorado, como si los ascensores fueran la solución para todo ascenso. Sin embargo he hecho algunas concesiones, por ejemplo, subí al mirador de las Torres Gemelas de Nueva Cork usando el ascensor. Debo confesar que el efecto de subir mas de cien pisos en segundos, es como la de sentirse uno succionado por una fuerza que te imanta desde el suelo al cielo. Realmente no sientes que subes. Creo sin que sirva de precedente que decidí subir por no dejar de tener esa experiencia, y porque confiaba mucho en la capacidad técnica de los norteamericanos.
Para el caso del avión siempre utilizo el recurso del ansiolítico, es lo más práctico y lo más eficaz. Aquí no hago ningún tipo de valoración previa, simplemente actúo. Alguna otra vez que me siento más lúdico también recurro al vino, unas cuantas copas también hacen un efecto positivo sobre mi mente.
Tampoco cierro la puerta de aquellas habitaciones desconocidas. Por ejemplo, los baños. Podría recitar de memoria los baños de restaurantes, discotecas, y cualquier lugar público. En estos casos valoro en primer lugar si el baño está totalmente cerrado, si hay ventanas, el tamaño de la ventana, la posibilidad de salir por ahí. Después valoro el tipo de cierre de la puerta, prefiero los fechillos, me parecen más controlables, que esos pasadores modernos de media vuelta. El baño de mi casa sólo tiene ventilación, así que sería lo mismo quitar la puerta, porque nunca la cierro. Generalmente hago ejercicios de malabarismo en estos baños públicos, que afortunadamente son pequeños, tal es el caso de orinar y con una de las piernas sujetar la puerta por si alguien abre, o simplemente en otros casos optar por decir lo siento, cuando alguien abre pensando que está desocupado. Hace dos semanas un visitante en mi trabajo se quedó encerrado en uno de los baños, por cierto, uno que nunca utilizo porque no tiene ventana exterior, y a pesar de los intentos que hicimos por abrir la puerta, hubo que dar una patada para romperla. Yo, por razones obvias, fui quien más colaboró en la tarea, sudaba pensando que pudiera ser yo. El hombre llevó el encierro con mucha dignidad, yo habría roto directamente la puerta, pero él lo tomó con mucha calma, quizás ayudaba que era un psiquiatra.
En la medida que voy controlando las situaciones que se me plantean, es que soy muy metódico y aplicado, me van apareciendo nuevos retos. Todos ellos los voy solucionando sin muchos aspavientos, trato de pasar desapercibido, y no hago demasiados alardes de mis penurias, ni de mis logros. Todo ello lo valoro como objetivos logrados. Ahora, últimamente, le estoy dando vueltas a otro problema. Pienso a menudo, y si por una casualidad, me muero, pero no me he muerto realmente, y nadie se da cuenta, y me encierran dentro de ese féretro, y yo me doy cuenta que estoy vivo, y no puedo hacer nada. Será terrorífico porque nadie se acordará de ponerme un ansiolítico dentro de la chaqueta, y si lo hicieran, podré moverme para cogerlo, pero total ¿qué hago con tomarlo?. Quizás, morir tranquilo. Todavía no he encontrado la solución, pero estoy seguro de que llegaré a ella.
P r e - T e x t o s
Felipe Fortuna
STOPPARD! C'EST MAGIQUE
augusto de campos > webSite
José Gregorio Martín Plata
< textos >
david trueba
dos es demasiado
pablo gonzález
pequeña historia de amor
sobre las tablas
ángel pastor
creo que nos conocemos
José Gregorio Martín Plata <Sin título >
a otra cosa mariposa
Begoña Muñoz & Pedro Á. Menchaca <entrar>
AnaMaría Briede Westermeyer
>LINEAS CONTENIDAS
pre Textos
concepto y planteamiento: literatura, narración, poesía, ensayo, critica, caligrama, imagen textual,... ideas. Todo cabría en pre Textos con las limitaciones y el diseño que conlleva este libro digital y el discurso que sugiera cada uno de los autores.
universo [a J.L.B.]
hoy el universo es lo que ves | tu cuerpo ya no es mi rincón | hay elementos | que ahora están de más
tantos nombres para esa pared | el muro no retrocedió
estos lamentos | tampoco la eran caer | estoy en lo alto | de otro árbol caído
en este nido no | aprenderé a volar | y si acaso alzo mis ojos | no habrá tiempo para el suelo
estoy en condición | de subir
idioma suave
vuelve con mis ojos, abre | luz que ya no puedo estar | tan lejos de ti
miento por las dudas| por si acaso más que nunca temo | olvidar tus días míos| cada gota de agua guarda
bebe de mi sombra hasta | estar cerca de ti | siento siempre mientras vivo dentro
de mis sueños algo que me | traerá tu idioma suave | diré con mis palabras tuyas | casi con plegarias mías
ahora estaré aquí contigo | ahora estaré aquí contigo
(sebastián carreras, isol, gabriel lucena - entre ríos/2002-05)
e n t r e - r í o s
S/T - José Gregorio Martín Plata
|
|
(...) En ese lugar
|
|
Desde el Oeste
|
LA OSADÍA DE LA LUZ La luz se empeña en envolverte, acariciarte, |
EL PLACER DE FLUIR
|
MAR
|
V Que hayan largas tardes de invierno
|
|
Soledad VII Presiento hoy tu callado lamento Has borrado con rabia las palabras Envuelto de rocío incierto, Tu desgarradora mirada |