fotografías: Ricardo Solis

Elisa CAMPO

«La zona espiritual y reservada de una persona». Eso es, para la Real Academia de la Lengua , la intimidad, una definición a la que desde ayer se unen otras 20, las plasmadas por los 22 autores que participan en la exposición colectiva «Entorno, intimidad». La muestra, que puede visitarse en el Centro Municipal de Arte y Exposiciones de El Arbolón (CMAE), es una sorpresa continua, un zumbido de reclamos visuales, auditivos y también para el tacto. Con «Intimidad», esta selección de autores, procedentes de distintas partes del mundo, abre una puerta a su interior, a sus recuerdos en ocasiones, a sus miedos y fantasmas, en una exposición que se deja mirar y remirar.

El avilesino Jaime Rodríguez es el comisario de la muestra, que incluye, además, eventos como performances y conciertos. Ayer abrieron el turno Nel Amaro , Vicente Pastor y Ernesto García , y hoy les corresponderá, a las ocho de la tarde, a Sara Fermé y Laura de la Rica . La inauguración, ayer, fue un colorido acto en el que estuvo presente la mayoría de los artistas participantes en la colectiva. Los textos del catálogo son del crítico de arte Jaime Luis Martín.

«El tema es la intimidad, todos trabajamos en torno a eso», señaló Jaime Rodríguez, que destacó cómo la madre y la cama-habitación eran dos de los temas más recurridos. «Yo pensé que la intimidad sexual iba a estar más presente, pero, en cambio, apenas se toca», indicó. La madre puede ser protectora, como la de Fernanda Álvarez , o encerrada en una cárcel abierta, como la del propio Jaime Rodríguez . En cuanto a las camas, son siempre símbolos, bien de recuerdos, desavenencias o entornos invadidos.

Cuando la intimidad se desborda y se siente acorralada surgen propuestas como la de Philippe Pasquini , que en su vídeo lucha, cual Quijote, contra las cámaras de vigilancia. A Florence Babin lo que le molesta es su propio cuerpo, que le pica e irrita. La intimidad también se lleva al sueño, o a los problemas de la creatividad, como es el caso de Adriana Rodríguez , cuya instalación es una de las más impactantes de la muestra. Vicente Pastor y Ernesto García encierran su intimidad en imágenes que proyecta un televisor que está rodeado de alambradas para protegerlo. Y así, hasta los 22 autores presentes en la muestra, que configuraron una intimidad altamente efímera. «Son objetos que conceptualmente tienen la tendencia a desperdigarse, a perderse. Y el entorno de la intimidad también engloba esa transformación. Todo cambia, todas las obras hablan de eso, cada una desde su punto de vista», concluyó Jaime Rodríguez .