Objetos de deseo

Las pequeñas litofanías en forma de rostro oriental del fondo de las tazas de té pertenecen al mundo introvertido y aislado de mi infancia de hija única, al igual que otros objetos “mágicos” de mi casa. Objetos de deseo poco accesibles para el juego pero mucho más emocionantes que cualquier juguete. El tapón-bola de la licorera de cristal del mueble bar con el que se podía ver el mundo al revés, las lágrimas caleidoscópicas de la lámpara del salón, el bebé diminuto que flotaba en el frasco de colonia Chupetín o el yorkshire de porcelana de Algora a tamaño natural que me consolaba del que mi madre nunca quiso comprarme.
La fotografía permite, que todavía ahora, el juego continúe y pueda mantener vivo el espíritu lúdico. Se trata de experimentar, de buscar la luz adecuada en la transparencia del material, de obsesionarme buscando tacitas nuevas, de ir solventando los problemas técnicos para que el proyecto siga adelante, de desvelarme por las noches en la fase de tomar decisiones en la selección y criba de montones de pruebas. En definitiva, de seguir enredando.
Aunque en esta instalación he querido mostrar el principio y el final de algunas de las imágenes de la serie Litofanías como evidencia de la invisibilidad del camino recorrido, la inmersión personal en el pasado a través del objeto deseado no termina con esta exposición. Por su naturaleza de colección emocional, este trabajo no tiene un final definido. Se trata de imágenes para ir añadiendo sin prisa, dilatándose en el tiempo y cuyo único límite es mi propia perseverancia para continuar con el empeño.


Descripción formal:
Serie de 8 fotografías titulada OBJETO DE DESEO. Representan rostros femeninos que aparecen en el fondo de tazas de té según la técnica de la litofanía, cuyo claroscuro produce el juego óptico de verdaderos retratos. Impresión digital en papel algodón de 310 g.
La obra fotográfica se complementa con una pequeña instalación donde los retratos se muestran en el propio objeto. Las tazas originales son iluminadas creando un trasluz que permite ver los rostros escondidos en la porcelana.