jaime Rguez
Febrero/February 2012
Sala de Exposiciones del Ayto. de Archidona, Málaga
Plaza Ochavada, 1 Archidona 29300 Málaga
Cuando Jaime Rodríguez (Oviedo, 1968) decidió plasmar su investigación teórico-plástica en el videoarte seguro que no esperaba obtener los resultados finales que ahora podemos ver. En principio, el videoarte se trata aún de una forma de expresión plástica en un temprano proceso de asimilación y experimentación, y hasta ahora solía trabajar un mismo artista tanto la imagen como el sonido. Desde Nam June Paik hasta hoy, cada videoartista probaba nuevas posibilidades con este medio, siendo al final el resultado unas piezas muy personales y propias de cada uno, apenas extrapolables al resto y suponiendo una dificultad extra a la hora de hacer historia del arte del videoarte, valga la redundancia.
Sin embargo, las piezas realizadas por Jaime Rodríguez aun teniendo un componente muy personal (algo que ocurre con cualquier creativo y que se entiende especialmente si se conoce la personalidad del artista) también aportan algo muy novedoso al desarrollo del videoarte: la colaboración y la sinergia. Cada pieza visual creada por Jaime se ha realizado ex profeso para una pieza sonora de un artista, cada uno de un origen distinto: Polonia, Japón, Holanda, Bélgica… Así podemos observar que cada obra audiovisual es al mismo tiempo similar a la anterior pero a la vez, distinta. Cada sonido diferente genera un nuevo acompañamiento visual. No hay dos piezas iguales. Es interesante señalar también que en el videoarte clásico, como se entiende aún en la actualidad, una de las dos partes destacaba sobre la otra: en este caso, tal y como el propio Jaime Rodríguez recalca siempre, las dos partes son igualmente importantes, tanto lo visual como lo sonoro, dándole él mismo la denominación de sound-videoArt, en un intento de equiparar ambas piezas. En lo visual destaca el toque que Jaime Rodríguez deja en sus obras: como artista multidisciplinar, que ha trabajado la pintura y el grabado, en los vídeos se observan distintas formas que van desde lo abstracto hasta lo figurativo, siendo principalmente esto último algo que trabaja con especial atención en sus últimas obras con otros soportes. El resultado conjugado de figuración-abstracción y las piezas sonoras generan un conjunto de videocreaciones que rozan el expresionismo (yo diría que casi bruto), con un sentido profundo y sentimental, que produce sensaciones dispares, tanto de comodidad y placidez como de rechazo. Lo cierto es que este interesante planteamiento de Jaime Rodríguez de trabajar a través de los nuevos medios de comunicación, especialmente la red con otros artistas internacionales supone un paso más en la historiarización del videoarte: el net art como nuevo medio para la creación y unas piezas sonoras y visuales como un tándem análogo y uniforme.
When Jaime Rodriguez (Oviedo, 1968) decided to capture his theoretical-plastic investigation on video art, it is sure that he did not expect to achieve the final results that we can see now. Nowadays, video art is still considered to be a way of plastic expression in an early process of assimilation and experimentation and, up to now, the same artist used to work with both the picture and the sound. Since Nam June Paik until today, each video artist has tried new possibilities with this support, being the final result some very personal and characteristic pieces that were hardly extrapolated to the rest, which supposed an extra difficulty in the moment of making History of Art from video art.
However, although the pieces made by Jaime Rodríguez still have a strong personal component (something that happens with any creative and that is specially understood when the artist personality is known), they contribute to the development of video art with some very new aspects: collaboration and synergy. Every visual piece created by Jaime has been specially made for a sound piece by a specific artist and every one of the artists comes from a different place: Poland, Japan, Holland, Belgium… .In this way, we can see that each audiovisual work is, at the same time, similar but different to the previous one. Every different sound generates a new visual accompaniment. There are no two pieces alike. It is also interesting to point out that in classic video art, as it is generally understood, one aspect stands out beyond the other. In this case, as Jaime Rodriguez himself always emphasizes, both aspects (the visual and the sound) are at the same level of importance and he names this as sound-video-art in his attempt to put them at the same level. In the visual aspect, we can see the personal touch that Jaime Rodríguez leaves in his works: as a multidisciplinary artist that has worked in painting and engraving, his videos show different shapes ranging from the abstract to the figurative, being the latter something that he pays special attention to in his latest work with other media. The resulting combination of abstraction-figuration and the sound generates a set of videos that are very close to expressionism (I would say almost pure) with a profound and sentimental sense that produces different sensations of comfort and tranquillity as well as rejection. The truth is that this interesting approach that Jaime Rodríguez makes of working with other international artists through the new media, especially the net, is another step in the historization of video art: The Net Art as a new means for creation and the sound and visual works as an analogous and uniform tandem.
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