El código escrito, el signum, es el nivel de representación más abstracto de la realidad.
La obra invierte el orden, personalizando el código escrito: imágenes, letras, palabras, frases;
proyectadas sobre nuestros cuerpos.
Establecemos una relación física-visual y sonora partiendo de la fonética
que transmite cada una de las letras con el objetivo de generar un diálogo,
una comunicación ente emisor y receptor, entre obra y espectador.

La comunicación es el fin de todo código: representa el razonamiento, la existencia, el arte.
Un planteamiento para la reflexión y la necesidad de cumunicarse.

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