AFTER ME - Jaime Rguez - LAi (Gijón)

La obra se compone de cuatro partes que mantienen la misma cadencia sonora y visual.

La reiteración del sonido y de las imágenes nos envuelve en un mundo claustrofóbico que parece sacado de una sensación apocalíptica generalizada, de la decadencia y de la crisis; aunque la narración finaliza con tenues matices de esperanza, quizás una visión onírica.

aFter me consta de cuatro piezas sound-videoArt en soporte DVD PAL 4:3

Una obra en cuatro partes creada conjuntamente por el videoartista jaime Rguez y el compositor Alp Kinski. El montaje de la obra ambiental consiste en la utilización de diferentes monitores de TV o proyectores que se adaptan o se hacen con el espacio, creando un environment homogéneo cuyo objetivo final es lograr lacatarsis: haciendo que el espectador sea consciente de vivir en el engaño de la otredad. O consolidar la idea primaria de que el azar juega un papel importante en nuestra evolución y en el progreso cíclico de la humanidad. A lo largo de la obra, se nota el pensamiento de la existencia de un doble plano; una realidad cotidiana, visible y razonable, y otra de la imaginación que no se explica si no que reside en la subconciencia del ser humano. La primera que es de vigilia se opone a la segunda que pertenece a la presencia de otro mundo subsistente en éste donde el tiempo se mide de diferente forma, donde el contacto con "el otro" irrumpe en el comportamiento hipotéticamente normal de las personas.

"Lo otro no existe: tal es la fe racional, la incurable creencia de la razón humana. Identidad = realidad, como si, a fin de cuentas, todo hubiera de ser, absoluta y necesariamente, uno y lo mismo. Pero lo otro no se deja eliminar; subsiste, persiste; es el hueso duro de roer en que la razón se deja los dientes. Abel Martín, con fe poética, no menos humana que la fe racional, creía en lo otro, en ‘la esencial Heterogeneidad del ser’, como si dijéramos en la incurable otredad que padece lo uno"

Antonio Machado

Después de haber analizado la diferencia como manifestación de lo otro, pasaremos a analizar la concepción de que el ser humano es dual, ambiguo y variable. De esta división surge una discontinuidad del sujeto y éste va fluctuando entre diferentes realidades, simbólicamente representadas por paisajes abiertos y cerrados, por imágenes que se dispersan en la retina para que la imagen reconstruida en la mente del sujeto y su alter ego.

La otredad ha sido pensada siempre como una búsqueda de la identidad, del reconocimiento del Yo. La complejidad del ser no puede ser asimilada porque se caracteriza de fugacidad, movimiento y de diferentes partes que en algún momento han de fusionarse. Para encontrar las distintas piezas que conforman este rompecabezas de la existencia del Yo, hay que establecer un plano paralelo al de nuestra realidad donde éstas podrán manifestar toda su totalidad. Tiene que dirigirse a lo ajeno, a lo diferente; tiene que establecer la objetividad del otro.

Los tres momentos dialécticos son primero: objeto abstracto, segundo: negación del objeto, tercero y más importante: negación de la negación o superación. Como afirmábamos anteriormente el individuo tratado en esta obra por el continuo bucle, en un primer momento es solamente una abstracción, después pasa de ser a no ser. Se da un momento de vacilación entre estas dos primeras instancias para que después llegue a darse la fusión y en fin la superación del individuo y de sus características esenciales

LA EXPOSICION (a través de la ventana)

Consta de tres monitores que reproducen cuatro piezas de sound-videoArt de forma aleatoria. Cada pieza DVD reproduce las piezas en diferente orden y solamente uno se reproduce de forma audiovisual correctamente. La confusión que se produce ante diferentes imágenes en movimiento producirá diferentes sensaciones aleatorias en el espectador. Se trata de una obra procesual en constante transformación y que interactúa audiovisualmente con el espectador que puede lograr descifrar que monitor reproduce el audio que se proyecta en ese mismo momento.

La muerte del determinismo filosófico y del convencionalismo artístico en virtud del inconsciente racional, la fragmentación y la reiteración de imagen y sonido. La interacción entre el caos y el orden, siempre presente en toda mi trayectoria artística, se extiende en esta instalación de pantallas, en la que deseo dejar patente la existencia de la otredad; de ahí el titulo de toda la obra que se puede establecer en un numero aleatorio de monitores y proyectores, para lograr la distorsión perceptiva de aquella persona que se detiene a mirar y logra encontrar a cada momento un orden basado en el inconsciente racional. Algo innato e intrínseco a todo ser vivo y que el humano a intentado reflexionar de una forma empírica a lo largo de todo el tiempo. La forma artificial de pensamiento resulta mucho más lenta que el instinto más irracional, y éste siempre surge en el momento más inesperado, evitando en un gran porcentaje la dispersión de las ideas, despertando el instinto primario de subsistencia.

La Real Academia Española define "Otredad" como la condición de ser otro. Y cuando se reflexiona sobre este significado, se puede percibir, en mayor o menor grado, como intrínseco a cualquier persona. Dice Octavio Paz, “cada individuo es distinto de él a cada instante”, aunque, muchas veces, esto no se puede percibir sino hasta cuando los cambios son demasiados. La otredad en el arte es una condición constante pues siempre se está en busca de propuestas, ideas y recursos nuevos. Nunca se puede crear una obra dos veces, el artista siempre busca producir otra innovando su estilo y trascendiendo sus límites de creador. La otredad puede entenderse como esa capacidad de cambio, que se debería utilizar tanto en el arte como en la sociedad para proporcionar a cada persona la palanca para producir cambios distintos a los que hasta ahora nos llevan a la destrucción progresiva de la naturaleza y del hombre, por el hombre, y buscar la otredad de lo que hasta ahora hemos logrado. Rebeldía, transgresión, persistencia y resistencia, son algunas características de esta videoinstalación creada y diseñada por jaime Rguez (Oviedo, 1968) y la colaboración imprescindible del compositor sonoro Alp Kinski (México DF, 1974 vive y trabaja en México, como Owner-Operator en Interzone Lab). El creativo sonoro se identifica con este mismo concepto siguiendo un planteamiento experimental y ambiental que proclama una ubicuidad apocalíptica en la que el simulacro intenta descartar la utopía como solución a una ambigua situación de una realidad organizada en estructuras herméticas donde las clasificaciones se basan única y exclusivamente en las apariencias y las etiquetas.

Cada una de las piezas se ha trabajado a partir de la metamorfosis de diferentes imágenes y sonidos que se reiteran para construir un fenómeno atmosférico de carácter ambiental. Sonido e imagen nos remiten a un concepto de destrucción, a un mundo de paisajes desolados que se escenifican a partir de la realidad. En apariencia, se realiza una secuencia crítica de Los medios de comunicación que se ponen al servicio del poder, ocultando unas escenas con las que convivimos todos los días, y que a pesar de su existencia en lo cotidiano, logran pasar desapercibidas, haciendo de nosotros un ente automatizado por la ignorancia, un oscurantismo hermético que el sistema ha conseguido establecer en la indiferencia de nuestra retina. Es una dicotomía que se encuentra debajo de la apariencia humana.

La obra se compone de cuatro partes que mantienen la misma cadencia sonora y visual.


jaime Rguez durante el montaje de uno de los monitores	visión previa de la videoinstalación \| fotografías: césar naves.